Con mi musa, a las modas insumisa
y raíz popular y vuelo raso,
yo compongo mis versos y os los paso
sin ropajes vistosos, en camisa.
Yo renuncio a la rosa y a la risa
y al rubor de las brasas del ocaso
y a las gélidas cumbres del Parnaso
y al balsámico canto de la brisa...
Cuando escribo a mi gente, a los de abajo,
nunca visto a mis versos de etiqueta
porque van a su tajo, a su destajo...
No precisan corbata ni chaqueta,
sí un traje de trajín para el trabajo
de quitar de las caras la careta.
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