Maldita sea la boca que difama
con su pérfida lengua viperina
y emponzoña una honra cristalina
con la baba viscosa que derrama.
Por perfidia satánica, programa
mancillar con negror de tinta china
en perversa función luciferina
la blancura y pureza de una fama.
Es de un ser sin talento y sin talante
esa boca que corta tal cuchilla
el derecho al honor de un semejante.
Tan experto perito es en rencilla
y ha llegado a tal grado degradante
que su estéril tarea es de polilla...
No hay comentarios:
Publicar un comentario