Yo soy del sur, extremeño;
procedo de los de abajo
y, aunque soy padre de versos,
soy un hijo del trabajo.
Mi tierra es extrema y dura
para el que viste de andrajos
y extremadamente blanda
para buitres, zorros, grajos…
Nací en la tierra de encinas,
entre el Almonte y el Tajo;
de allí, vientos de la vida
me han arrancado de cuajo.
Resido en tierras del norte
donde tengo el pan y el tajo;
soy sembrador de cultura
y siembro ideas a destajo.
En mis llanuras del alma,
apaciento un gran hatajo
de recuerdos y añoranzas
en mis ratos de relajo.
Me gusta regar raíces
de aquel que se fue al carajo
de la emigración un día
por culpa de cuatro grajos.
Toda clase de malezas
de mi conciencia descuajo:
zarzas, cenizos, ortigas,
avenas locas, hierbajos…
Con voluntad de pan tierno,
Mi vida me desmigajo
en versos para mi gente
tal poético agasajo.
Yo nada debo, me deben
horas extras que, a destajo,
apliqué a sembrar mis versos
que ofrezco a precio muy bajo.
Por humildad, me veréis
caminado cabizbajo:
no quiero humillar a nadie
ni ante nadie me rebajo.
Sin dobleces, sin rincones
ahumados, sin altibajos,
con alma limpia y planchada,
voy y vengo; subo y bajo,
Me aparto de los partidos;
mi corazón no es colgajo
para partir…; por entero,
se lo entrego a los de abajo.
Comprenderéis que no tenga
voluntad de escarabajo
para pagar en pelotas
lo que pago con trabajo.
No me busquéis en las fiestas:
odio el ruido y los brebajos
con que se alegran su sangre
tantos tristes espantajos.
Con pluma o con libro en ristre,
me encontraréis en mi tajo,
poniendo el pensar a punto
y el corazón boca abajo
o, tal vez, por un camino
angosto de algún atajo,
buscando lo que no encuentro
y, por eso, me encorajo.
Yo llevo un collar de penas,
colgando tal un badajo,
con la alegría hecha añicos
y la esperanza, un pingajo.
Mi corazón, vuestra casa,
de par en par, desencajo
por sus puertas y ventanas
por si precisáis sombrajo.
No obstante, algunos de envidia
me escupen escupitajos
de indiferencia o desprecio:
¡es su labor…, yo la encajo!
Estimado amigo, no tengo perdón, lo sé. Vengo para pedirte disculpas, pues ahora mismo 22/01/2011 acabo de ver tu comentario en mi blog de antes de Navidad. Como lo dejaste en un poema de los de abajo, que no suelo mirar casi nunca, pues no no lo vi hasta hoy que me dio por curiosear. Te ruego entiendas que por nada del mundo hubiera dejado de contestar un mensaje tuyo pero los demonios se confabularon para escondérmelo.
ResponderEliminarPor lo demás, volver a admirar tu poema autobiográfico, ¿qué te voy a decir que no te haya dicho ya? Solo volver a presentar mis respetos ante tu magnífica obra.
Recibe un abrazo de tu amigo, y una vez más mis más sinceras disculpas
Buenas noches, mi estimado y fiel amigo Jorge Salvador "Primero"; acabo de leer tu comentario a este poema arromanzado de trazos autobiográficos.No tienes que pedir disculpas ni perdón...¡Estás exculpado y perdonado!Ya sabes mi inquebrantable admiración hacia tu obra y mi incondicional amitad hacia tu persona... Precisamente esta misma noche me he dado un paseo virtual por tu blog y he estado leyendo tus preciosos y elegantes sonetos. He intentado hacer un comentario al soneto ¿506?, pero tienes un sistema de comentarios un poco enojoso y no sé qué me pasa con la cotraseña que no me la acepta y, después de escrito el comentario, se me ha borrado al irme a identificar... y ,ante el requerimiento de mi familia para ir a cenar, he tenido que dejarlo para otro día. Muchas gracias por esta nueva visita y por tus apreciadas y gratas palabras.
ResponderEliminarRecibe un afectivo abrazo fraterno de tu amigo extremeño
Wenceslao Mohedas Ramos
Jaraicejo (Cáceres) / Barcelona
Pero como no te voy a felicitar por estas poesías que tanto dicen de nuestra tierra, del sistema que arrastramos ya por vida, creo yo.
ResponderEliminarPaso siempre que puedo, no me canso de leer estas poesías llenas de humanidad, yo no entiendo de poesías, tu ya lo sabes has leído lo que escribo, pero lo que dices en ellas me llegan al alma.
Un saludito
Hola, mi estimada y fiel amiga Manuela.Muchas gracias por esta nueva visita a mi blog (tu casa poética),por tus palabras y por tu felicitación. Me alegro de que no te canses de leer estos poemas y de que te "lleguen al alma"; esto demuestra que tienes un alma sensible y receptiva,que estás viva y no eres "un muerto de pie", "un cadáver que anda"...(como dijo un poeta español), son los muertos por dentro. El mayor desencanto y frustración para un poeta es, como digo yo, "hablar para sordos" y "escribir para ciegos" porque no hay peor sordo que el que no quiere oír ni más ciego que el que no quiere ver... Son los que yo llamo "sordos y ciegos voluntarios, consentidos".
ResponderEliminarUn afectivo abrazo fraterno de tu amigo
Wenceslao Mohedas Ramos
Jaraicejo (Cáceres) / Barcelona