Hay gente con cara doble
como la hipócrita Luna:
una blanca y bella y una
oculta, oscura e innoble.
Tienen conciencia de roble,
una conducta zorruna
y una mente siempre ayuna
de cualquier idea noble.
Personas camaleónicas,
expertas en camuflaje
por costumbres anacrónicas.
Tras retorcido mensaje
de columnas salomónicas,
ocultan su mal follaje.
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