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viernes, 5 de noviembre de 2010

CONFIDENCIAS AUTOBIOGRÁFICAS

Una mañana de otoño,
vine a este mundo en un pueblo
de la Alta Extremadura
que se llama Jaraicejo;
aunque me arrancó la vida
de esta tierra, yo me siento
de los pies a la cabeza
extremeño al cien por ciento.
Por nacer un triste otoño,
del alma se me cayeron,
como pálidas hojillas,
las ilusiones, los sueños…

Soy la encina cenicienta
que arrastró un extraño viento,
pero sus hondas raíces
siguen fieles a su suelo.
Por esas tierras de Dios,
tuve suerte… ¡no me quejo!,
pero perdí la alegría
y la echo mucho de menos;
por eso, no os extrañéis
que vaya siempre tan serio
por los caminos del mundo
de la mano del silencio
y así encontré esta tristeza
en un esquina del tiempo
y me sigue a todas partes
como un importuno perro,
siempre pegada a mi alma
a la espera de algún hueso.

Por mi apariencia exterior,
nunca pregunto al espejo
porque mi clara conciencia
me da muy buenos consejos.
Nunca miro las fachadas
de las personas, prefiero
mirar su mundo interior
por ver lo que llevan dentro;
no me inquieta su apellido
ni me importa su dinero,
sólo una limpia conciencia
y un corazón verdadero.

No me guío por la gente
para elegir mi sendero:
ve más un águila sola
que todo un rebaño entero;
no quiero caminos anchos
de rebaños soñolientos,
prefiero la angosta senda
que me marca el pensamiento.
Me gusta escribir y escribo
para verter lo que siento:
mi sangre sirve de tinta,
mi corazón, de tintero.
Agricultor de la pluma,
sembrador de sentimientos,
la vida me da semillas
que voy sembrando en mis versos

Por las cosas materiales,
siempre sentí un gran desprecio
porque convierten al hombre
en esclavo satisfecho
que sólo busca en la vida
sanchopancescos provechos
para cubrir un vacío
que rellena con objetos.
Le pido poco a la vida:
salud, trabajo y, al menos,
un mendrugo de esperanza
para el corazón hambriento
de paz, de amor, de justicia,
de esos nobles sentimientos
con los que llena su vida
un corazón quijotesco;
me pido tanto a mí mismo
que estoy siempre insatisfecho
y vivo en continua guerra
con mis propios pensamientos…

Pago a buen precio la deuda
de haber nacido extremeño
con las húmedas monedas
de un llanto que va por dentro
y me duele la distancia
y el disfrazado destierro
que me hipoteca la vida,
pagando en pena el impuesto.
Con la verdad por bandera,
mi corazón pregonero
clama a las sordas conciencias
por despertarlas del sueño,
de ese sueño secular
que adormece los cerebros.
Con vocación quijotesca,
yo grito a los cuatro vientos
y os convoco a la defensa
de un sentimiento extremeño…

2 comentarios:

  1. Me ha encantado. te devuelvo la visita, tu blog me gusta mucho, me quedan cosas por ver, pero lo visto es precioso.

    Nana de una Isla

    Ella había nacido para el mar.
    Las curvas de su espalda,
    desde muy pequeñita,
    tenían cumpleaños de olas.
    Se despertaba
    con rumores de playa en los costados,
    con sus cabellos de alga en las arenas
    y el pez de la sonrisa
    nadándole los labios.
    Crecíase hacia adentro,
    hacia sus libertades submarinas,
    que tomaban el sol abriéndole los ojos
    en tirones de sueños y resacas.
    Por la noche soñaba con sirenas.
    Un día se fue al mar:
    iba llorando soledades.
    Una lágrima fue su salvavidas.
    De ella tomó volcán, intimidad y contorno.
    Y se quedó flotando entre las aguas.
    Ahora es una isla que llaman Tenerife.


    (Vuelta a la isla, 1968)




    A mi sobrina
    María de los Ángeles García Soto





    Un día habrá una isla
    que no sea silencio amordazado.
    Que me entierren en ella,
    donde mi libertad dé sus rumores
    a todos los que pisen sus orillas.
    Solo no estoy. Están conmigo siempre
    horizontes y manos de esperanza,
    aquellos que no cesan
    de mirarse la cara en sus heridas,
    aquellos que no pierden
    el corazón y el rumbo en las tormentas,
    los que lloran de rabia
    y se tragan el tiempo en carne viva.
    Y cuando mis palabras se liberen
    del combate en que muero y en que vivo
    la alegría del mar le pido a todos
    cuantos partan su pan en esa isla
    que no sea silencio amordazado.


    (1964)
    (Las islas en que vivo, 1971)







    Islas del despertar

    Basta de ser colillas apagadas
    del cenicero de los mares.
    Ombligos de la sed,
    sólo un placer de humanidad nos puede.
    Vivimos como ardemos y pensamos,
    con nuestro sentimiento de volcanes
    y la melancolía de estar solas.
    La pirotecnia de un amor de fondo
    nos acelera el ir aunque parezca,
    de tan veloz, cronómetro parado.
    Esperar no es un fin.
    Borrón y cuenta nueva a la molicie
    de rumiar soledades.
    Nuestro malotaje de esperanzas
    no oculta el puño de la rebeldía.
    Y hemos roto el pijama del silencio.
    Ni somos descendientes
    de una lengua cortada
    ni queremos sudar hiel y vinagre
    ni seguir siendo súbditas
    de una feria de olvidos.
    No deseamos otras pertenencias
    que no sean las alas de los vuelos.


    (Ojos que no ven, 1977)










    Piloto de mi muerte

    Cuando el hielo le gane la partida
    a la hoguera en que ardo,
    cuando ya sea mito mi existencia,
    enterradme en los bordes de la mar,
    donde sigan las olas defendiendo
    la libertad que siempre ha fecundado
    la isla de mi cuerpo,
    el timón nunca roto
    que dio rumbo a mis pasos
    y me llenó las venas de horizontes.
    Vida tendré mientras mi sueño viva
    y su rumor levante mi palabra
    desde los pies del agua sin fronteras
    hasta las sienes de la eternidad.


    Pedro García Cabrera. ya fallecido, un Gran Poeta Canario, su Isla es Tenerife.

    http://www.rinconesdelatlantico.com/num3/2_poemas_pedro_garcia_cabrera.html
    Por si te apaetece conocerlo un poco más.

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  2. Muchas gracias, estimada Carla, por tu visita a mi foro y por las gratas palabras de tu breve comentario. He leído los poemas de Pedro
    García Cabrera: me han gustado por su buen nivel literario: hay recursos poéticos sorprendentes y aciertos literarios que reflejan un buen manejo del lenguaje lírico, que son testimonio de un gran poeta...
    Ya pasaré un día por sus versos con la página web que me indicas.
    Saludos cordiales y amistosos de tu amigo extremeño
    Wenceslao Mohedas Ramos
    Jaraicejo (Cáceres) / Barcelona

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