Porque quise ponerme a tu estatura,
humillé mi cabeza humildemente
para hablar tal hermanos, frente a frente,
y poner a tu alcance mi cultura.
Porque quise ser luna en la negrura
de esa noche que habita tras tu frente
y alumbrarte un camino diferente
que llevara derecho a la hermosura.
Porque quise sentirme más humano,
derribé por los suelos la barrera
que al humano separa de su hermano.
Tu arrogancia creció de tal manera
que estuviste a la altura de un gusano
con tu envidia viscosa y altanera.
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