Me criticas a espaldas mi tarea
de sembrar en mis versos mis entrañas
y una red de viscosas telarañas
va tejiendo tu estéril verborrea.
Te colocas por psíquica diarrea
a la altura moral de las arañas
y malgastas tus fuerzas y tus mañas
en labores fecales, de atarjea...
Por pobreza de juicio, siempre el necio
pagará las labores del vecino
con el falso billete del desprecio.
Y hablará con lenguaje viperino
por detrás con más rabia y menosprecio
por su mundo menguado y anodino.
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