A la memoria indeleble de este
gran poeta extremeño.
Ya sonó la campana de salida
de ese tren de la noche que no espera
y cruzaste, oh hermano, esa frontera
que es la meta final de nuestra vida.
Te fuiste a la región desconocida
desnudo de tu pena lastimera,
con el alma de limpio y en primera
a buscar esa paz tan merecida.
Te fuiste al más allá..., pero nos queda
el calor de tus obras y el consuelo
de lavarnos el alma en su lectura.
¡No pudimos pagarte!¡No hay moneda
que pague tanto amor, tanto desvelo...
y, por ti, está de luto Extremadura!
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