En este angosto orificio,
un labrador verdadero
se sembró de cuerpo entero
haciendo honor a su oficio.
Vivió de espaldas al vicio;
de la virtud compañero
y fue un ejemplo señero
de ternura y sacrificio.
Que encuentre eterno descanso
en este humilde remanso...
¡Lo tiene bien merecido!
Escrita tengo su historia
en mi sangre... y su memoria
guardo del voraz olvido.
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