( Recuerdos
infantiles)
El aroma de un ramo de romero
las memorias me evoca de mi
infanciaesta tarde tan gélida de enero.
De un florero proviene esa fragancia
de mi etapa infantil y campesina
junto a ti, padre mío, en consonancia.
Porque tengo y retengo en mi retina
tu figura señera tan lozanaen tu agraria labor de disciplina.
Te recuerdo labrando en la besana,
roturando en parcelas de barbecho
con tu yunta mular en la solana.
Te tomaste tu vida tan a pecho
que hasta el surco trazado con la reja
semejaba un renglón… de tan derecho.
La labor emulabas de la abeja,
indolente a dolores y a fatigas
sin verter por tus labios ni una queja.
Enemigo de envidias y de intrigas,
te entregabas tenaz a tus deberes
con la entrega integral de las hormigas.
te encontraba cumpliendo tus deberes.
el arado y la yunta en tu destajo.
Ya acabada la parda barbechera,
tal hembra receptiva por el celo,tu parcela esperaba sementera.
A voleo, lanzabas sobre el suelo
una gran granizada de esos granos
que, en tus trojes, guardabas con desvelo
de gorgojos granívoros , gusanos
que voraces devoran la cosecha
del sagrado sudor de los humanos.
Ya cubierta la tierra y satisfecha,
germinaba en su seno la semilla
y mutaba ya en mies talliderecha.
A manera de rubia coronilla
florecía, entre lluvias y calores,
en espiga velluda y amarilla.
El estío febril con sus ardores
doblegaba del trigo la cabeza
de fecunda cosecha precursores.
En postrada postura de nobleza,
soportaban la tórrida tortura
del asedio solar con entereza.
Bajo un sol de insolente dictadura,
al trajín te entregabas de la siega
con tu hoz de acerada dentadura.
Tanto empeño ponías en tu brega
de labriego en combate contra el trigo
que, de un corte, ganabas la refriega.
¡Qué estrago en el trigal por tu castigo
con sus tallos tallados, ya despojos
en yacente postura de enemigo!
En gavillas tornabas los manojos
para hacer con los haces las hacinas,
tal botín vegetal sobre rastrojos.
Con trajín de hormiguiles disciplinas,
transportabas con carro por carriles
grandes cargas de mieses ambarinas.
Bajo rayos solares muy hostiles,
era el rudo periodo de la era,
de afanosos esfuerzos tan febriles.
Con paso tortuguil o a la carrera
de las bestias uncidas a tu trillo,
triturabas la parva a la manera
de una biga romana en un sencillo
hipódromo de paja en vez de arena
con sus ruedas cortantes en rodillo.
Se acercaba el final de tu cadena;
el divorcio de pajas y de granos
por la ayuda del viento en tu faena.
Con el bieldo y la pala por tus manos,
alejabas con sólitos manejos
el grave trigo de elementos vanos.
Sin falaces euforias, sin complejos,
de espaldas al reloj y al calendario
te alejabas de fastos y festejos.
Siempre fue para ti lo prioritario
recoger la cosecha en tu granero
porque de ella salía tu salario.
Esta tarde tan gélida de enero,
padre mío de noble trayectoria,
me ha traído tu límpida memoria
el aroma de un ramo de romero.
Extraordinario amigo WENCESLAO .
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias, estimado amigo y paisano Manuel, por esta nueva visita y por tu comentario que acabo de leer un poco con retraso...Me alegro de que este extenso poema de tipo autobiográfico en tercetos encadenados.Un abrazo fraterno de tu amigo y paisano
ResponderEliminarWenceslao Mohedas Ramos.
Jaraicejo (Cáceres) / Barcelona.