Yo te siento tan cerca, aunque esté lejos
de esos caros rincones de mi infancia
y aún conservo en el alma la fragancia
de mis tiernos recuerdos más añejos.
Todavía refulgen sus reflejos
y, a pesar de mi ausencia y de mi errancia,
del olvido voraz, de la distancia…
se convierten en versos sin complejos.
Todavía retengo en la retina
de los ojos del alma aquel paisaje
natural de mi infancia campesina.
Son recuerdos…, ingrávido bagaje
en mi vida foránea, peregrina
con que rindo a mi tierra un homenaje.
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