A Verter en mis versos me limito
lo que el alma almacena en su granero
y a sembrar sus semillas con esmero
porque quede constancia por escrito.
Mas un pueblo tan falto de apetito
cultural, tan festivo y bullanguero
no es propenso a los cantos de un jilguero
y hasta algunos opinan que es delito…
Va la vida sin brida, con desnorte
en un mundo de histérica colmena
que valora a los seres por su porte.
Sólo buscan la cara más amena
de la vida: la música, el deporte
y la moda … entre cantos de sirena.
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