Ajena voluntad marcó tu vida:
senda angosta de espinas erizada,
férrea cadena que llevaste atada
y dejaba tu carne dolorida.
Dolor de bofetada recibida
en pago a tanta vida malgastada
sobre una tierra ajena y desolada
con tu humilde sudor humedecida.
La vieja vocación por la aventura
-ilusión de conquistas por tus venas-
tu raíz arrancó de Extremadura.
Y a solas con tu sombra y con tus penas,
tu alegría encontró su sepultura
y tu leve ilusión, nuevas cadenas...
Precioso y real soneto, la verdad es que los bordas.
ResponderEliminarUn saludito.
Hola, mi estimada amiga y paisana María; muchas gracias por tu nueva visita ami "casa lírica", que es también la tuya, por tu breve pero elogioso comentario. Me alegro de que te haya gustado este soneto.
ResponderEliminarUn abrazo fraterno de tu amigo y paisano
Wenceslao Mohedas Ramos
Jaraicejo (Cáceres) / Barcelona l