La vida es una parda sementera
y tú quieres coger buenas cosechas
sin sembrar las semillas en las fechas
en que, ardiente, la tierra las espera.
Sumido en somnolienta modorrera,
se te escapa tu tiempo y no aprovechas
esa tierra, tu vida, porque te echas
a soñar al sopor de una quimera.
Y contemplas tu tierra con trsiteza
convertida, tu vida, en un secano
al que manchan matojos y maleza.
Es la ley de la vida del humano:
lo que siembras recoges con largueza
y, si no, pierdes vida grano a grano...
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