.................


jueves, 19 de marzo de 2009

LABRADOR EN LA GRAN CIUDAD

Un impulso febril y turbulento
te apartó de la espiga y de la encina
y dejaste la parda disciplina
que te impuso tu humilde nacimiento.

Te fuiste a la ciudad ¡Qué triste acento
de gente presurosa en su rutina
de un humano rebaño que se hacina
entre asfalto, cristales y cemento!

Y tú, tan natural y tan sencillo,
semejabas un cándido cordero
entre tanto bullicio y tanto brillo.

La extraña sensación de forastero
te otoñó tu esperanza en amarillo
y siempre te sentiste un prisionero

No hay comentarios:

Publicar un comentario