Cansados de promesas y sermones,
refugian en los bares su pobreza
y a cenizas reducen la tristeza
que inunda sus oscuros corazones.
Abrasan con alcohol sus frustraciones
y consumen su débil fortaleza
en la hoguera del vino... Su cabeza
van llenando de falsas ilusiones.
Encuentran un calor en la bebida
a su frío vital y a su vacío
y les deja la mente adormecida.
Y, envueltos en su ardiente desvarío,
ya no pueden hallar una salida
a su mundo tan falso y tan sombrío...
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