Gramo a gramo, tu vida autrodestruyes
porque sientes la angustia que te ahoga
y, al buscar evadirte con la droga,
en la cárcel de vicio te recluyes.
Te envenenas tus venas, prostituyes
tu esperanza marchita, que desfoga
con falaces euforias tan en boga
y, en nefastas sustancias, te diluyes.
Te construyes postizos paraísos
donde vives por bajo de lo humano,
eludiendo sociales compromisos.
Si no cortas tu enganche por lo sano
y no pasas de impulsos no precisos,
ahogado acabarás tarde o temprano...