Hacia el surco del verso se me inclina 
mi conciencia que siembra lo que piensa 
y mi vida es más plena y más intensa 
si rechazo el carril de la rutina. 
Con tesón, sin encono y sin inquina, 
voy haciendo mi hacienda más extensa 
y no espero ni aspiro a recompensa; 
¡lo importante es el pan , no la pamplina! 
Por recuerdo paterno, tan intenso, 
nunca oculto mi origen campesino 
y a la gente sencilla soy propenso. 
Yo prefiero, a lo largo del camino, 
el olor de la jara al del incienso 
y llamar al pan, pan y al vivo, vino.
 
 
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