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sábado, 13 de junio de 2009

A UN ANCIANO EMIGRANTE RECOGECARTONES

Bajo una carga de años y cartones,
te arrastras silencioso y solitario
-cual Cristo con su Cruz por el Calvario-
tú, por calles, portales y rincones.

Recoges lo que tiran..., los montones
de papeles, cartones... que, a diario,
un consumo continuo y rutinario
vomita en sus pesadas digestiones.

Imitas el trabajo de la hormiga,
recogiendo despojos y migajas
con forma de papeles y de cajas.

Curvado por el peso y la fatiga,
recorres con la carga tu camino,
a solas con tu trágico destino...

(1) Con este soneto y otros tres, su autor obtuvo el primer premio en el certamen regional del "Martes Mayor" de Plasencia (Cáceres), en 1983, por segundo año consecutivo.

jueves, 11 de junio de 2009

ODA A LA ENCINA EXTREMEÑA

ODA A LA ENCINA EXTREMEÑA
                A mi estimada vecina y amiga
                Sara Mérida García.
 
Por ser árbol tan noble y solidario,
protector de mi gente campesina,
hoy compongo este lírico homenaje
con efluvios que el alma me trasmina.

Porque siempre te evoco con cariño
en mi vida foránea, peregrina
y archivada te llevo en mi memoria,
asociada a mi infancia pueblerina.

Por imagen y emblema de mi tierra
y modelo ejemplar de disciplina,
de profunda y de sólida raigambre
y de recia dureza diamantina.

Por tu copa redonda, me recuerdas
la rotunda melena femenina
de las hijas morenas de esta tierra
de mirada tan casta y cristalina.

Con tu hermano floral, el alcornoque
tú compartes llanuras y colinas
de esas vastas dehesas extremeñas
donde pastan cochinos y merinas.

Como ubérrima, robusta patriarca,
una prole prolífica aglutinas
con ternuras maternas amparándola
del azote solar con chamusquina.

Las retamas, las jaras, los romeros,
los tomillos, los brezos… se coordinan
en familia floral, fraternalmente
por formarte una alfombra esmeraldina.

Tu robusto ramaje es apreciado
como impar combustible de cocina,
de parrillas, de estufas, de braseros…,
por materia más prima y genuina.


Nidifican las aves en tus ramas
con rumores de amor, de tremolina,
entre trinos, trasiegos y trajines
que la fiebre de amor les origina.

A un tropel de animales alimentas:
tu bellota es nutricia vitamina
de rebaños, manadas y piaras
y es del cerdo la grata golosina.

A tu sombra, los recios regadores
se refrescan la ardiente sofoquina
de las brasas y brisas estivales
con un rato de tregua en su rutina.

De tus ramas compuse mis juguetes
infantiles: el mocho, el tirachinas,
el garrote, los zancos…, tu bellota
fue mi grácil peonza danzarina.

Nos das tanto de forma solidaria,
mas el hombre -¡un ingrato!- se acaína
y, blandiendo de fuego una quijada,
con pirómana mano te calcina.

Yo también, de una forma generosa,
doy mis versos, poética propina,
pero algunos, por necios, les mancillan
su pureza con baba viperina.

Hoy, por ser extremeño bien nacido
de una humilde progenie campesina,
te compongo esta lírica alabanza
porque hiciste en mi infancia de madrina.